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Segunda Guerra Mundial: el día que México decidió combatir a los nazis


En 1941 transcurría la Segunda Guerra Mundial en Europa, y México vivía a la distancia el conflicto bélico que parecía no tener relevancia para el país pese a su cercanía con Estados Unidos, que era un país Aliado que enfrentaba el régimen Nazi, por lo que reinaba un ambiente de "paz" entre los mexicanos que veían en el cine o por televisión noticias del enfrentamiento, sin que tuviera repercusiones en la vida diaria, o al menos eso se creía hasta que los alemanes atacaron barcos mexicanos en el Golfo.


Todo ocurrió porque en territorio nacional fueron incautados barcos de los países del Eje (Italia, Alemania y Japón) y que ponían en riesgo la soberanía nacional, Alemania comenzó a mostrar cierta hostilidad hacia las embarcaciones mexicanas, que culminó con el hundimiento de los barcos "Potrero del Llano" y "Faja de Oro".

Ese ataque hizo que México, un país que se había considerado pacifista y neutral ante en conflicto armado se viera obligado a tomar acción, por lo que el 28 de mayo de 1942, México declara Estado de Guerra, el entonces presidente Manual Ávila Camacho solicitó al Congreso de la Unión la declaración argumentando que el hundimiento de las embarcaciones mexicanas, así como la clara actitud antifascista que nuestro país mantenía y las protestas realizadas ante los abusos, invasiones y agresiones llevadas a cabo por los países del Eje, obligaban a México a tomar esta resolución.


¿Cuál fue el papel que México tuvo en la Segunda Guerra Mundial?

México tomó un papel activo en la Guerra Mundial luego del ataque del submarino Alemán U-564, donde murieron 15 de los 35 tripulantes, en ese momento el gobierno de México exigió que se aclarara la agresión o de lo contrario tomaría las medidas necesarias pero los alemanes en respuesta hundieron un segundo buque, el Faja de Oro en el que perdieron la vida ocho de los 36 tripulantes.


El archivo histórico del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), dice que el 21 de mayo de 1942, el general Lázaro Cárdenas se reunió en Los Pinos con el presidente Manuel Ávila Camacho, tras el hundimiento de estos dos barcos mexicanos.


“El ataque de los submarinos nazis en aguas Golfo de México hizo prácticamente inevitable la entrada del país a la guerra”, señala el documento.

Los nazis agredieron a México

Los ataques contra buques mexicanos no pararon, México perdió bajo los ataques nazis 63 hombres y siete embarcaciones, fue hundido el Tuxpan, con cuatro víctimas, en Las Choapas, muriendo tres hombres y una mujer que viajaba como polizona, fue hundido el Oaxaca, ocasionando la muerte de seis marinos. El 4 de septiembre a las 9:00 de la noche fue atacado el Amatlán, con el fallecimiento de cinco de sus tripulantes.

Después del ataque japonés a Pearl Harbor ocurrido el 7 de diciembre de 1941, México rompió sus relaciones con las potencias del eje y comenzó a prepararse para una acción armada, así surgió el Escuadrón 201, el cual fue destinado al frente del Pacífico para combatir a las fuerzas japonesas.


Con la brillante participación del “Escuadrón 201” en Formosa y Filipinas, se escribió una página más en la historia de la defensa de nuestra soberanía en contra de las naciones que pretenden mancillar el honor de nuestra patria, dice la Sedena en sus archivos históricos.


Un Héroe mexicano de la Segunda Guerra Mundial

Mexicanos combatieron en el Día D. Foto: Embajada Estados Unidos en México

Una tumba en Sassy, Francia, tiene una bandera mexicana y una de Canadá. Se trata de la tumba de Luis Pérez Gómez, el único piloto mexicano caído en combate durante el operativo de 1944 contra la Alemania Nazi.


El héroe de Sassy, era un joven de 22 años “que perdió la vida para liberarnos", según recuerdan los habitantes de esta localidad Francesa situada a unos 50 kilómetros de las playas del desembarco.


El mexicano fue derribado por los alemanes el 16 de junio de 1944, 10 días después del inicio del Día D, pero su cuerpo no pudo ser identificado y durante casi 60 años su tumba era la de un desconocido. Fue identificado gracias a las investigaciones de Dorothy Pratt, una canadiense que fue novia de Pérez Gómez y que durante años lo buscó hasta que dio con su paradero a principios de siglo.

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